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CHARLA URBANA SOBRE SALUD Y CIUDADES: OPORTUNIDADES Y RETOS PARA LA SALUD Y EL BIENESTAR URBANOS EN UN ENTORNO COVÍDEO

Los determinantes urbanos de la salud -es decir, los factores sociales, económicos y ambientales previos que repercuten en la salud y el bienestar de las personas en todas las etapas de su vida- fueron el tema de una charla urbana organizada por el Geneva Cities Hub el 3 de diciembre de 2020.

Para ello, se invitó al alcalde de Reikiavik (Islandia), Dagur B. Eggertsson, a la teniente de alcalde de Tirana (Albania), Anuela Ristani, a la ex teniente de alcalde de Rennes (Francia), Charlotte Marchandise-Franquet, así como a representantes de ONU-Hábitat, Graham Alabaster, y de la OMS, Monika Kosinska, a debatir sobre las "Oportunidades y desafíos para la salud y el bienestar urbanos en un entorno Covid". Entre los asistentes se encontraban representantes de Estados, ciudades, organizaciones internacionales, ONG, el sector privado y el mundo académico, así como otros expertos. Los objetivos eran conocer las medidas adoptadas por las ciudades para hacer frente a la pandemia de Covid-19 y su impacto en los determinantes urbanos de la salud.

Fue fascinante escuchar cómo las ciudades respondieron a la pandemia y cómo se centraron, entre otras cosas, en

  • las desigualdades socioeconómicas reveladas por la pandemia y, por tanto, en las necesidades de los más vulnerables;

  • la reorganización espacial de la ciudad, el transporte (apertura de las calles a los peatones, ampliación de los carriles bici, continuación de los esfuerzos para aplicar el concepto de "Ciudad de 15 minutos") y el cambio de comportamiento de los habitantes de las ciudades en ese sentido;

  • la necesidad de mantener o incluso restablecer la confianza con sus comunidades gracias a una comunicación regular. El alcalde Eggertsson destacó aquí "la importancia de ser honestos sobre la situación de la pandemia y sus incertidumbres desde el primer día, así como de basarse en la ciencia y los datos para la toma de decisiones";

  • Compromiso de la comunidad: en particular, las relaciones comunitarias que ya existían antes de la pandemia pudieron utilizarse y reutilizarse para identificar a las personas con necesidades específicas, mejorar la resiliencia social y garantizar la solidaridad entre los distintos grupos de la población a través de los servicios comunitarios de salud.

Las medidas anteriores tuvieron efectos positivos en los determinantes urbanos de la salud, en la medida en que permitieron que la salud preventiva tuviera una alta prioridad en las ciudades. Como afirma Charlotte Marchandise-Franquet, "la salud es una opción política". Aunque las interrelaciones entre la salud y el desarrollo urbano se reconocen desde hace muchas décadas, la pandemia de Covid actuó como un duro recordatorio de que "las ciudades no deben ser rehenes de un estilo de vida orientado a la eficiencia, sólo para los adultos que trabajan", según Anuela Ristani. Por el contrario, las ciudades deben diseñarse también para la sociedad en general, de forma que sean saludables, habitables y agradables para todos. Para ello, se ofrecieron ejemplos sobre el "uso mixto" de las nuevas zonas de la ciudad de Tirana, en las que se construirían zonas residenciales junto a zonas comerciales, empresariales y verdes, lo que permitiría a los habitantes de la ciudad acceder a todo lo que necesitan a poca distancia.

La OMS lleva más de 30 años trabajando en este tema y ha apoyado "Ciudades saludables" en varias regiones. Aunque los requisitos para formar parte de esas redes son bastante importantes para las ciudades, se destacaron sus beneficios, ya que les permiten intercambiar y aprender unas de otras, incluso sobre otras prioridades como el cambio climático. Además, durante la pandemia, la red europea de ciudades saludables pudo movilizar a sus miembros y ser reutilizada para apoyar la respuesta de emergencia de la OMS. Así, gracias a la diplomacia de las ciudades, los alcaldes pudieron llamarse unos a otros y prestarse un apoyo mutuo muy necesario durante la fase de emergencia.

En conclusión, las ciudades fueron puestas en el punto de mira durante la crisis del Covid-19, debido a su papel como epicentros de la pandemia. Sin embargo, aunque las ciudades son vulnerables a la propagación de enfermedades infecciosas debido a su tamaño, alto nivel de conectividad y hacinamiento (en lugar de la densidad, como recuerdan ONU-Hábitat y otros), la charla urbana demostró que las ciudades fueron capaces de aprovechar la oportunidad de la crisis para abordar realmente las desigualdades urbanas, mostrar la eficacia de los enfoques de múltiples partes interesadas, así como tomar importantes decisiones políticas sobre la salud actual y futura de sus habitantes urbanos.

El Centro de Ciudades de Ginebra seguirá facilitando este tipo de debates para que la perspectiva urbana ocupe un lugar más destacado en la agenda global de los distintos temas que constituyen el núcleo de la Ginebra internacional.

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